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De la decepción al cambio

A veces me decepciono de la humanidad. Sirve de consuelo que no somos los colombianos solamente porque se saben cuentos de tantas partes, cada uno tan aterrador como el otro. En Colombia por ejemplo se confirma una vez más que no podemos confiar ciegamente en las autoridades. Ahí está el caso de los escándalos en el DAS que me recuerdan ese pensamiento permanente que me previene contra la policía porque le arman a uno la película para salir ellos bien librados y termina uno inocente pero en la cárcel modelo.

Está también el escándalo de estos asesores del Gobierno Bush que están siendo investigados, uno ya con cargos el otro aprece que se salva, por montar todo el show de las armas de destrucción masiva en Irak y perjudicar al agente de la CIA que en su informe decía que dichas armas no existían, comentario que clarmanete perjudicaba el montaje en proceso.

Pero "si va a suceder depende de mi que suceda". Dejo de pensar en los humanos que han degradado esa palabra a las más bajas pasiones y empiezo a recordar los que han trabajado por la gente, los que siempre han defendido sus valores y no se han vendido. Haz tú lo mismo cuando sientas que la pesadumbre y la decepción te invaden. Y no los busques lejos, seguramente a la puerta de tu edifico encuentras el primer personaje que nos sirve de modelo a ti y a mi. Es posible también que esté dentro de tu misma familia o haga parte de tu comunidad o tu iglesia. Y también ponte a pensar un poco qué es lo que no has hecho para lograr que personajes como estos últimos sean los que nos dirijan. ¿Has fallado en su elección? ¿Ha fallado el control del pueblo del que haces parte sobre la gestión de tus representantes? ¿Te has conformado con poco en algunas ocasiones? Y si cometiste el error ¿ves alguna opción de arreglarlo? ¿Es posible hacer rendir cuentas a quienes te han defraudado?

He venido haciéndome estas preguntas desde hace días y han salido tantas respuestas que me ha tomado tiempo procesarlas. Y como dice por ahí, si quieres cambiar tu entorno, cambia tú primero y sé la fuente de ese cambio. Te invito a que lo pienses y veas que quienes están a tu alrededor son grandes como para reconocerles sus valores.

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