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En plena coyuntura, al otro lado de la puerta

El domingo fueron liberados cuatro secuestrados por las FARC, hoy otro más. Se ha armado todo un tinglado para cubrir este evento tan poco común. Esas cosas no se dan todos los días.

Por eso cuando el sábado Jorge Gómez Jiménez me informó que él más querido de mis cuentos iba a ser publicado estos días en Letralia solo pude pensar que era tremenda coincidencia sabiendo que habla de un secuestrado cuando va a regresar con su familia. Jorge me confirmó que fue pura coincidencia, que la decisión de publicación estaba tomada desde diciembre para esta fecha.

Como les decía, es uno de mis hijos más queridos y el último cuento que escribí hace años. Antes que liberaran al ex canciller de Chambacú, inclusive. Después de eso lo escrito ha sido poco, escaso. Pero eso no es el motivo de este post. Solo es darles el link donde pueden encontrar el cuento.

Al otro lado de la puerta

Comentarios

Mazo dijo…
Don Mauricio, leí ese cuento con placer, uno de los personajes se me pareció tanto a Pedro en El Santo Oficio de la Memoria de Mempo Giardinelli (novela que desde ya le recomiendo por su estructura y tema para lo que sigue). Pese a esto he de decirle algo, cada párrafo de la historia parece contenido, a esto le queda pequeño el cuento y en el fondo lo que hay aquí es, más que una anécdota, la historia base de una buena novela, sólo faltan algunas historias paralelas que definan más luces y sombras a personajes e historia y queda lista. Una relectura lo confirma, cada párrafo parece un capítulo independiente. Muy buena historia, gracias por compartirla.
Mazo, mil gracias por tomarse el tiempo de leer con tanto juicio, lo agradezco mucho. También, como usted, siento que el cuento puede ser mejorado mucho pero hace tiempo no escribo nada y hay que esperar a tomar la disciplina de nuevo para hacerlo
Se me olvidaba, buscaré el libro que me recomienda para conocerlo y para ver si dejo también la inacción en la lectura
Esteban Dublín dijo…
Maurcio, vas a tener que darme tiempo para leerlo, porque está bien extenso. Luego te cuento.
Esteban, todo el que necesites. ten compasión con él cuentito :)
Esteban Dublín dijo…
Bueno, Mauricio, ya lo leí. Debo decir que me costó, pero lo terminé. Cuando me dices eso de la compasión es como si yo fuera un crítico literario terrible. Pero no. Soy un lector apasionado. Nada más, así que lo que te diga es una opinión muy personal que tal vez nada tenga que ver con tu cuento.

Si quieres que te dé mis impresiones, aquí están: en mi concepto es un texto sumamente largo para expresar algo que se repite durante varios párrafos del cuento. La incertidumbre, la soledad y la ansiedad se repiten, para mí, varias veces e innecesariamente. Siento que en el cuento no sucede nada hasta el final. Si todo el cuento tuviera el vértigo del último párrafo, sería una joya. Es más, sabes mi afición por la brevedad, así que con unos ajustes, yo dejaría el último párrafo.

En todo caso, Mauricio, todo debo decirlo y siento que el cuento en algunos pasajes tiene unas metáforas bien logradas.

Para mí sería muy fácil decirte sólo cosas buenas, pero a través de la red y aunque no te conozco, creo que he llegado a apreciarte (suena estúpido, pero así es) y tengo que decirte lo que pienso y no lo que quieres escuchar.

Un abrazo.
Anónimo dijo…
Voy a leer tu hijo... saludos mi estimado.