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Quindío, hermoso en toda su extensión


El año pasado tuvimos la oportunidad de viajar fuera del país de vacaciones. Para éste decidimos con mi esposa que viajaríamos dentro de Colombia, por automóvil. Fueron unas maravillosas vacaciones en el departamento del Quindío, cafetero por excelencia aunque últimamente ha desarrollado alternativas económicas como el turismo dado que el café se ha vuelto un negocio más difícil.

Para los extranjeros, les cuento que esta zona del país produce una gran cantidad de café pero no es la única. Se produce café por todo el país aunque a los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío se les denomina el 'Eje Cafetero'.


El viaje de ida lo hicimos en dos etapas: primero Bogotá - Ibagué, dónde saludamos a mi mamá y mi hermana. Luego cruzamos 'La Línea' para llegar a Armenia y seguir el camino por Montenegro, Quimbaya y luego parar en Alcalá, ya en el departamento del Valle pero tan cerca del Quindío que no se sentía el cambio.

Nunca había cruzado la cordillera central por La Línea y de verdad hace honor a su fama de premio de montaña implacable. La pendiente es inmisericorde y el trazado dificulta aún más lo que la geográfía nos puso como reto. Menos mal no había mucho tráfico y el viaje fue exigente pero tranquilo.

Qué hermosos paisajes los del Quindío y la Zona Cafetera, qué gente tan amable, en fin qué viaje el que nos dimos. Como decía, nos hospedamos en una finca hotel en Alcalá de la que luego les hablaré algo más, y de allí salíamos para todos nuestros recorridos. Sólo pagamos un peaje en nuestra estancia en la Zona Cafetera, el que está sobre la 'Autopista del Café' entre Pereira y Armenia. Todos los demás traslados solo costaron lo de la gasolina que consumimos.


Estuvimos en el Parque del Café, en el Valle del Cocora, usamos las instalaciones de la finca, fuimos al Jardín Botánico y Mariposario, visitamos el bello pueblo de Pijao, conocimos la réplica de la Basílica de Buga que don Jair hizo en puro bambú, fuimos al centro de investigación en la guadua (bambú guadua), conocimos además Calarcá, Quimbaya, Salento, Armenia, Pereira, Filandia. Fue un viaje de mucho desplazamiento, en especial porque escogimos Alcalá como nuestra base. Sin embargo no nos arrepentimos ni un segundo de haber escogido la Finca Hotel El Bosque del Samán para alojarnos. Aquí todo es tan cerca que lo más lejano sigue siendo a una distancia manejable.

Hasta aquí la entrada de hoy. La próxima entraré en un poco más de detalles, recomendaciones y demás.

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