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En Medio del Ruido


30 de Octubre de 2004

Durante los últimos días he estado descubriendo cuán inmerso me encuentro entre el ruido del diario trasegar, especialmente el que nos llega por las noticias. En la última semana he descubierto rasgos de diferentes temas entre la mezcolanza que fluye por mi cabeza y espero pase sin quedarse en ella demasiado tiempo.

Cabrera y Rentería, Serie Mundial, la maldición del Bambino, Kerry y Bush, Irak, elecciones, encuestas, también empates técnicos. A propósito de encuestas también estuve un rato empantanado en los resultados de la encuesta de valores y ambiente laboral de Pfizer (bastante ruidosa por llamarla de alguna manera).

Y sigo con la lista: negociación con Paras, negociación del TLC, negociación de Teleoperadores con CNN, intercambio humanitario, corrupción, El secretario de la OEA, expresidente de Costa Rica preso por recibir “coimas”... Todo esto sin contar el ruido mismo que yo introduzco en el ambiente, en mi intranquilidad.

Todo esto del ruido empieza y termina cuando me pongo a pensar sobre cuán poca información recibimos de todos estos temas y pretendemos pontificar sobre lo bueno y lo malo con tan pocos argumentos y recibidos de fuentes tan parcializadas (los protagonistas, Julio Sánchez Cristo, los noticieros de los canales privados, El Tiempo...) Llenos de datos, o al menos eso pensamos, nos lanzamos a juzgar y gracias a Dios a buscar soluciones a los problemas del país, de los demás y algo de los nuestros.

Últimamente ha venido a mí reiteradamente el cuento de los seis ciegos y el elefante: cada uno conoció a su manera al animal, para cada uno es su verdad. Seis verdades que vistas desde afuera son parte de una sola realidad. Seis verdades que vistas individualmente y en oposición a las otras son motivo de conflicto. Y de repente me siento un ciego entre millones, defendiendo mi verdad sobre este elefante cuando es solo una de tantas verdades. Me inquieta entonces saber si la mía es la oreja, la cola, el colmillo, la trompa o cuál otra parte del elefante.

Hoy puedo celebrar el ruido que tendrá Bogotá este fin de semana. 10 años de Rock al parque y soy feliz de estar envuelto en esta ciudad que se ha dado el permiso de conocerse en medio del ruido y está más allá del gobernante de turno, esté uno o no de acuerdo con su verdad (y su propio ruido).

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